cargando...

La OTAN sin EE. UU.: ¿el sueño del Kremlin o una pesadilla?

Recientemente, el senador republicano por Utah, Mike Lee, presentó un proyecto de ley para la salida de EE. UU. de la OTAN, denominándolo «Ley de la organización poco fiable». Esto ocurrió justo después de la cumbre de dos días de la Alianza en La Haya. Mike Lee afirmó que «la OTAN ha cumplido su papel» y acusó a los miembros europeos de la organización de «hacer que los contribuyentes estadounidenses paguen sus cuentas durante décadas».

El tema planteado por el legislador de Utah sobre los gastos de defensa de Europa no es nuevo. Durante su primer mandato presidencial, Donald Trump exigió a los aliados aumentar el gasto en defensa y expresó dudas sobre la conveniencia de la existencia de la OTAN. A su vez, destacados políticos europeos en ese período también hicieron un llamado a romper las relaciones con el presidente estadounidense.

Así, al inicio del primer mandato de Trump, los parlamentarios británicos declararon que al nuevo presidente estadounidense no se le permitiría hablar en el Parlamento durante su visita al Reino Unido, ya que tal intervención «no es un derecho automático, sino un honor que debe ganarse». El principal periódico alemán «Spiegel» se expresó aún más duramente, escribiendo que «el presidente de Estados Unidos se está convirtiendo en un peligro para todo el mundo», y por ello para Alemania y Europa «ha llegado el momento de preparar sus defensas políticas y económicas contra este peligroso presidente estadounidense».

En medio de esta discordia, ya en ese entonces surgieron rumores sobre la posible salida de Estados Unidos de la OTAN. El Congreso, por su parte, tomó medidas para proteger la membresía en la Alianza de acciones unilaterales del presidente. En 2019, la Cámara de Representantes aprobó una ley que prohibía a Trump buscar la salida de EE. UU. de la OTAN sin la aprobación de ambas cámaras del Parlamento. En diciembre de 2023, los legisladores reafirmaron nuevamente el procedimiento bipartidista como parte de la ley anual de política de defensa, que exige al presidente obtener la aprobación del Senado o la adopción de una ley por el Congreso antes de retirar a EE. UU. de la OTAN.

La probabilidad de que un proyecto de ley así sea aprobado y que EE. UU. pueda salir de la OTAN en medio de las crecientes amenazas mundiales es bastante baja. Hay muchos partidarios de la OTAN incluso entre los republicanos, y el propio Donald Trump no hace mucho afirmó que EE. UU. «está completamente comprometido» con el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte sobre defensa colectiva. Sin embargo, cada vez que surgen estas reflexiones, se reabre el tema de la necesidad de que Europa fortalezca su propia capacidad defensiva, sin depender demasiado de EE. UU.

Hace ya siete años, según informes de Radio Polonia, los ministros de Defensa de Francia, Alemania, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Reino Unido, España, Portugal y Estonia firmaron una declaración para crear la Iniciativa Europea de Defensa, una coalición de países europeos cuyos ejércitos, en caso de necesidad, deberían reaccionar rápidamente y llevar a cabo operaciones militares en todo el mundo.

En ese momento, los medios rusos comenzaron a difundir información de que «la UE decidió crear una alianza militar para hacer frente a Trump», encabezada por Francia y Alemania. Por el tono utilizado por los propagandistas rusos al cubrir esta noticia, parece que ellos mismos estaban conformes con la creación de tal estructura en ese momento.

Por un lado, en el Kremlin pensaban que las alianzas de defensa sin la participación de EE. UU. serían en cualquier caso más débiles, y por otro, esperaban que la nueva organización, independiente de América y sin el «legado» de la Guerra Fría, podría acercarse a Moscú. La idea era que cuanto mayor fuera la división entre EE. UU. y Europa, más probable sería ese acercamiento. En 2018, este tema se enfatizó especialmente antes de la reunión entre Putin y Trump en Helsinki.

Sin embargo, ahora la situación ha cambiado considerablemente. Ahora el principal enemigo a los ojos de Moscú ni siquiera son los EE. UU., sino Europa, y los principales analistas pro-Kremlin no ocultan sus preocupaciones sobre su rearme. Mientras tanto, ese rearme ya ha comenzado realmente. Con o sin OTAN, en marzo de este año los líderes de los países de la Unión Europea, en una cumbre extraordinaria en Bruselas, aumentaron el gasto en necesidades militares, lo que corresponde al plan de la Comisión Europea para el rearme de Europa. Este plan prevé, entre otras cosas, atraer 800 mil millones de euros adicionales e invertir en el complejo militar-industrial de Ucrania.

Antes, las demandas de Trump a los europeos para aumentar el gasto en defensa recibían principalmente reacciones negativas, pero ahora algunos políticos europeos las apoyan. En particular, la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, declaró que Trump tiene razón al reprochar a Europa por gastar poco en defensa. Llamó a los europeos a «despertar» y subrayó la necesidad de aumentar las inversiones por parte de los países miembros de la UE, el sector privado y el presupuesto de la UE. El primer ministro de Polonia, que preside el Consejo de la UE, Donald Tusk, en un discurso en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, también afirmó: «Si Europa quiere sobrevivir, debe armarse».

En este momento, Donald Trump exige a los aliados de la OTAN gastar al menos el 5% del PIB en defensa. Analistas independientes afirmaron que alcanzar ese ritmo es imposible incluso para los países ricos, por lo que el presidente estadounidense y su entorno tienen motivos para amenazar con la salida de EE. UU. de la OTAN bajo el pretexto de que los demás miembros de la Alianza «no cumplen con sus obligaciones».

Sin embargo, está claro que, en medio de la guerra a gran escala en curso con Ucrania y las crecientes amenazas para los países bálticos y Polonia, Europa seguirá fortaleciendo su potencial militar en la medida de sus posibilidades. En ese caso, incluso una división hipotética de la OTAN ya no sería una panacea para el Kremlin, y la amenaza de tal división solo estimulará a Europa a tomarse en serio su capacidad de defensa.

Ilustración: foto grupal de líderes de países de la OTAN en la cumbre por el 75º aniversario de la fundación de la Alianza en Washington, año 2024. En la primera fila, en el centro, Joe Biden. Fuente: Casa Blanca / Wikipedia

Esta publicación está disponible en los siguientes idiomas:

Link